Reflexión
¿CUÁL ES EL MEJOR MODELO DE ORIENTACIÓN?
Hemos ido viendo a medida que la asignatura se ha ido desarrollando, como los distintos grupos han hecho referencia a los diferentes modelos de orientación que se nos presentaron en el primer tema. Incluso en los primeros temas referidos a la evolución histórica se habló de los modelos que surgieron en función de las necesidades, paradigmas, momento histórico etc.
Concretamente nos hemos centrado en: Modelo clínico o counseling, Modelo de consulta, Modelo de programas, Modelo de servicios, Modelo de servicios actuando por programas, Modelo de consulta triádica.
Hemos hablado de las diferentes clasificaciones de modelos, analizando los objetivos, y funciones de cada uno y viendo como según el modelo se hace una mayor o menor incidencia en su carácter preventivo, terapéutico o diagnostico. En unos el Orientador desempeña un papel más directo, en otros se coloca en una posición más como guía o asesor u observador, es decir sus funciones en cada uno de los modelos varía.
Viendo la variedad de funciones del Orientador y teniendo en cuenta los diferentes objetivos de los modelos presentados, es el momento de preguntarse ¿Cuál sería el mejor modelo? ¿Unos son más apropiados que otros?
En nuestro tema (tema 7 ) mostrábamos la intervención en las dificultades de aprendizaje desde el modelo de programas, el cual implica la necesaria colaboración y coordinación por parte de los diferentes agentes que intervienen: alumno, tutor, equipo docente, profesorado de Apoyo (PT;AL), PTCS, y/o servicios externos (servicios sanitarios: salud mental, o Logopedia externa). Pero también veíamos que aunque en un contexto (bien sea educativo, no educativo, comunitario, no institucional) priorice un modelo frente a otro, cada circunstancia concreta hará necesaria la actuación desde un modelo u otro o incluso complementar con más de uno.
Por tanto no podremos hablar taxativamente de que un “modelo es mejor o peor que otro”, sino que todos ellos son necesarios, y adecuados en función de las necesidades ante las que nos enfrentamos.
Tal y como se nos ha comentado a lo largo de esta y otras asignaturas el orientador puede desempeñar su trabajo en diferentes ámbitos, aunque en la mayoría de los casos tendemos a pensar en el contexto de la educación formal cuando hablamos de la orientación. Lázaro en su exposición, nos comentó que las necesidades de nuestra sociedad actual requieren cada vez más de nuestra presencia en distintos contextos y que aún no siendo así en algunos casos, podemos crear la necesidad de nuestra labor profesional en una empresa proponiendo programas de actuaciones concretas, es decir crear una necesidad, para crear un puesto de trabajo. En el COIE de la UAH, tal y como nos apuntó, podemos ver las distintas áreas de actuación en las que podríamos desempeñar nuestra función como Orientadores.
A modo de resumen decir que tal y como hemos visto, la prevención y el desarrollo serían algunos de los principios fundamentales de la orientación y de la educación en general. Y partiendo de esta premisa desde los centros educativos se busca cumplir, en la medida de lo posible, con estos dos principios y los modelos más eficaces, desde nuestro punto de vista, serían los modelos de programas o de servicios actuando por programas.
Estos dos modelos requieren un compromiso y un trabajo cooperativo por parte de toda la comunidad educativa, así como otro tipo de servicios (salud mental, servicios sociales...). Pero queremos centrarnos sobre todo en el profesorado. Si bien es cierto que éste requiere de tiempo para poder aplicar el programa, de asesoramiento y formación, creo que el profesorado de Secundaria particularmente, aunque en Primaria también se da, se muestra más resistente a la implicación en este tipo de intervenciones, bien por falta de preparación o por falta de motivación, falta de tiempo o incluso por falta de un asesoramiento adecuado.
Por los buenos resultados contrastados de estos modelos en el contexto escolar, creemos que merece la pena ir introduciendo poco a poco la necesidad de su utilización, y esta labor se puede ir gestando desde la formación inicial y permanente del profesorado. Pensamos que merece la pena el esfuerzo ya que nuestros adolescentes de hoy, serán los adultos del mañana y en ellos podremos ver los resultados .
Mª Rosa Vega Membibre, Mercedes Martín, Vanesa Pérez
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